Este blog es un medio de comunicación entre estudiantes y docentes de Teoría de la Arquitectura y Urbanismo II.
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28.5.11

Trabajo Práctico Teoría II - 1er sem 2011

Se propone analizar críticamente y desarrollar un mapa de ideas relativo a uno de los textos que figuran a continuación. Para ello se deberá elegir uno por equipo.
El trabajo consistirá en elaborar un documento de un máximo de 3 carillas (A4, interlineado simple, Arial 11) donde se desarrollará el análisis acompañado de un mapa de conceptos, autores, temas y relaciones.
A manera de ejemplo de mapa, se adjunta el presentado por Charles Jencks “Evolutionary Tree, 2000”, publicado en la Architectural Review nº1241, Julio 2000










Los textos son los siguientes:
TEXTO 1

ENTREVISTA A PETER HALL - EL PAIS de Madrid - 12/06/09
P. ¿No cree que Barcelona esté muriendo de éxito?
R. Es una manera agradable de morir. Muchas ciudades lo desearían. En Europa hay muchas urbes en declive porque nacieron para cumplir una función que ya no cumplen. Para sobrevivir deben encontrar otra. Londres y Barcelona lo han hecho. Han perdido la mayoría de su industria, pero han encontrado otras actividades.
P. ¿Cómo puede una ciudad encontrar una nueva función?
R. La economía evoluciona continuamente. Hoy las grandes ciudades no fabrican; piensan y organizan. Los trabajos de buena parte de ellas no son manuales sino cerebrales: procesamos información y utilizamos esa información para producir valor.
P. ¿Hay un límite al crecimiento de las ciudades?
R. Hemos llamado megaciudad regional policéntrica a un tipo de ciudad que deriva de una región que suma sus pueblos comunicándolos. Madrid se está convirtiendo en una ciudad muy compleja debido al desarrollo del sur.
P. ¿Qué cambios veremos?
R. Serán tremendos por el cambio climático. Habrá ciudades pequeñas y sostenibles. No creo en la densidad que muchos defienden. Es una excusa para seguir construyendo. Apuesto por ciudades pequeñas y bien conectadas que permitan una vida más limpia. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, estaba obsesionado con la densidad. Pero no podemos dar cobijo al crecimiento de Londres sólo en Londres. Construimos un cinturón verde en torno a la ciudad, pero la gente lo salta constantemente. Ésa es la realidad. El Londres real no cabe en el terreno de la antigua capital.
P. ¿Cómo afecta la inmigración al diseño de las ciudades?
R. Las cambia poco físicamente y mucho socialmente. Los inmigrantes viven en el mismo tipo de vivienda que los locales. De otra manera y con otras densidades. Los sociólogos creen que representan un retorno a un esquema tradicional. Viven como lo hacíamos hace 100 años: con menos medios y más hijos. Los cambios culturales de la inmigración son profundos. Los urbanísticos, como mucho, resultan en un barrio chino, o hindú, que los locales visitan como algo exótico.
TEXTO 2
“LA CIUDAD COMO ECOSISTEMA: URBANISMO Y SALUD”
Juan Luis de las Rivas Sanz
Arquitecto. Profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio.
Universidad de Valladolid
“La conciencia de los riesgos ambientales a gran escala parece poder convivir con la falta de conciencia efectiva a escala local o cotidiana. El sociólogo Ulrich Beck acuña así el concepto de “sociedad de riesgo”7, un riesgo en gran medida inconsciente o asumido que dilata la convergencia entre pensamiento y acción. La actual diversidad de las formas de entender nuestra relación con el ambiente genera gran cantidad de conflictos, disputas de todos contra todos en las que ni siquiera es fácil desvelar las contradicciones. Algunos parecen privilegiar la denuncia sobre la solución de lo problemas. En este contexto es muy difícil construir una racionalidad que admita el pluralismo y que permita soportar determinadas decisiones. Por ejemplo, la planificación ecológica contribuye a comprender la naturaleza de los fenómenos urbanos y su alcance, sin embargo la ecología es exigente. El pensador noruego Arne Naess al distinguir entre ecología profunda y ecología superficial, en función de la posible compatibilidad entre los intereses del desarrollo y los intereses del medio ambiente, rechaza soluciones de compromiso. Para Naess la idea de desarrollo sostenible pertenecería a una ecología superficial, que rechaza por su equívoco utilitarismo. Hay que introducir cambios radicales. Pero ¿puede nuestra cultura industrial y tecnológica, hoy mundializada, reconducirse hacia una integración positiva con la naturaleza? Lejos de una ecología profunda viable y con una capacidad tenue para reconocer lo que constituye en realidad un riesgo palpita nuestra vida urbana.”
TEXTO 3
“LOS DOS SIGNIFICADOS DE LA CIUDAD O LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD COMO LÓGICA Y COMO RETÓRICA.”
José Luis Ramírez
“Voy por consiguiente a confrontar dos perspectivas diferentes de la ciudad:
1. La ciudad como escenario físico dentro del cual los seres humanos desarrollan ciertas formas típicas de vida llamada "urbana". Llamo a esta perspectiva paradigma geométrico. Se trata aquí de "la vida en la ciudad"
2. La ciudad como sistema organizado de actividades humanas que ante todo crean las estructuras sociales y físicas que han de permitir su propio desarrollo y renovación. Concibo esto como el paradigma biográfico o histórico de la ciudad(3) Se trata aquí de "la ciudad como vida".
Estas dos concepciones se diferencian pues no por su contenido conceptual, considerado como totalidad, sino por la relación entre los elementos que lo integran y la perspectiva desde la que son considerados. Esta diferencia es no obstante de tanta importancia que constituye una línea divisoria entre dos éticas sociales o, si se quiere, entre dos formas culturales. Ambas incluyen la vida en común de los seres humanos y ambas pueden en principio presuponer formas democráticas de actuación, pero mientras la una piensa la ciudad como una estructura física, como un escenario terminado que da cabida a una vida urbana democrática y a una política local, concibe la otra la ciudad como un complejo de actuaciones democráticamente inspiradas, consistiendo una de las más importantes de ellas en la planificación y la construcción de la estructura física de la ciudad y en el establecimiento de las instituciones democráticas que tienen por misión la reproducción de las formas básicas de vida.
El paradigma geométrico de la ciudad pretende hacer posible la vida buena y la conducta democrática como si ésta fuera una especie de implemento de la estructura física. Esta es la idea del funcionalismo: el urbanista creador de estructuras físicas tiene que ser consciente de que han de dar cabida y hacer posibles las actividades humanas, lo cual trae como consecuencia natural la utopía y el perfeccionismo.
El paradigma histórico supondría que la propia estructura física es un resultado de la vida organizada en formas democráticas. Esto supone un modelo de participación en el que la acción crea su resultado, sin pretensiones de perfeccionismo ni utopías previas.
Esto no quiere decir sin más que solamente el segundo modelo se ajusta a la tarea democrática, pero el primero supone simplemente un escenario para la actuación democrática, en la que dicha actuación se da dentro de un marco previamente establecido. El segundo modelo en cambio supone una actuación democrática que afecta a la propia construcción del escenario. Entre las tareas de los actores se incluye así también la de erigir su propio escenario. La primera representa un tipo de sociedad paternalista y dirigida por expertos, en la que unos cuantos saben de antemano lo que es bueno o malo para todos los demás; la otra representa una actividad dialógica totalmente democrática. Se trata de elegir entre abarcar la vida en el espacio edificado o abarcar la construcción del espacio dentro del tiempo de la vida. La cuestión es qué forma es posible y cuál de ellas es preferible.”
TEXTO 4
“RÉQUIEM PARA LA PLAZA Y LA FÁBRICA: NOTAS SOBRE LA METRÓPOLIS CONTEMPORÁNEA EN AMÉRICA LATINA”
Jorge Francisco Liernur. Revista Nueva Sociedad nro.114 julio-agosto 1991.
“Para comenzar es necesario advertir que la metrópolis contemporánea, con su diseminación-pulverización en el territorio, no es el estadio transitorio de una evolución que reconducirá alguna vez a alguna armonía, antigua o nueva. La metrópolis contemporánea, con su entropía, con la reducción a dimensiones ridículas de los antiguos «centros«, a la que se añade, su estallido y multiplicación en múltiples núcleos periféricos, es ya, de hecho, algo nuevo en la historia humana. Ningún destino de unidad y de orden le espera en ningún futuro.
Por eso, quien observa las condiciones que definen a las metrópolis contemporáneas en el Norte desarrollado del planeta debe admitir una llamativa similitud con sus pares del Sur. Estas últimas fueron desde su misma creación como productos de la modernización sólo composiciones de retazos entremezclados de mundos diversos, rurales, industriales, antiguos, cambiantes y conservadores, no sujetas unívocamente a aquellas «fuerzas terribles, trágicas, que conducen hacia las grandes aventuras del mundo y del espíritu».
Nunca fueron las metrópolis de América Latina como sus modelos europeos «la ciudad residencial, estática, productiva, comunidad política natural donde habitaban las grandes clases, los grandes sujetos colectivos, los grandes individuos, los grandes conflictos, los grandes proyectos».
Pues bien, tampoco parece ser este el diagnóstico de la gran ciudad europea, de ninguna gran ciudad, de nuestros días.”
TEXTO 5
“CONTRA EL URBANISMO”
Del libro "Muerte y vida de las grandes ciudades", Jane Jacobs (1961)
“Este libro es un ataque contra las teorías más usuales sobre urbanización y reconstrucción de ciudades. También es, y muy principalmente, un intento de presentación de unos nuevos principios sobre urbanización y reconstrucción de ciudades, diferentes y aun opuestos a los que se vienen enseñando en todas las escuelas de arquitectura o se exponen en los suplementos dominicales de los periódicos y las revistas femeninas. Mi ataque no se basa en sutilezas sobre los diferentes métodos de edificación ni en distinciones quisquillosas sobre las modas actuales o en proyecto. Es, más bien, un ataque contra los principios y objetivos o fines que modelan la moderna y ortodoxa planeación y reordenación de las ciudades.
Al exponer unos principios diferentes, me referiré esencialmente a cosas y temas perfectamente comunes y ordinarios. Por ejemplo, los tipos de calle seguros y los tipos de calle inseguros; la razón de que algunos parques urbanos sean tan maravillosos y otros vicetrampas y hasta trampas mortales; por qué ciertos barrios bajos siguen siendo los infectos barrios bajos de siempre y otros han conseguido regenerarse venciendo resistencias oficiales y hasta financieras; por qué se desplazan los "centros de ciudad" y las áreas comerciales; qué es una vecindad auténtica y cómo se puede levantar una verdadera vecindad en las grandes ciudades. En una palabra, me referiré siempre a cosas reales, a ciudades reales y a la vida real de las ciudades, pues sólo así conoceremos los principios de urbanización y prácticas de reordenación susceptibles de promover una efectiva promoción social y económica en las ciudades, y también aquellos otros principios y prácticas que alejarán o apagarán ese horizonte de promoción.
Existe un mito muy extendido y socorrido según el cual, si tuviéramos suficiente dinero disponible -normalmente, se adelanta la cifra de cien mil millones de dólares-, liquidaríamos en diez años todos nuestros barrios bajos, remozaríamos los grandes, tristes y grises cinturones que ayer y anteayer eran nuestros suburbios, ofreceríamos un asentamiento a las trotonas clases medias y a sus aleatorias obligaciones fiscales, y, inclusive, resolveríamos el problema del tráfico.
Echemos una ojeada a lo que hemos construido con los primeros miles de millones que tuvimos a nuestra disposición: los barrios de viviendas baratas se han convertido en los peores centros de delincuencia, vandalismo y desesperanza social general, mucho peores que los viejos barrios bajos que intentábamos eliminar; los proyectos de construcción de grupos de viviendas de renta media - auténticas maravillas de monotonía y regimentalización- sellaron a cal y canto las perspectivas de una vida ciudadana llena de vitalidad y dinamismo; los barrios residenciales de lujo, que teóricamente debían mitigar la sordidez de las ciudades, o intentarlo al menos, son hoy escaparates de una insípida vulgaridad; y no hablemos de los centros culturales, en los cuales es difícil encontrar una buena biblioteca; o los centros cívico-recreativos, cuidadosamente evitados por todo el mundo a excepción de los vividores de rigor, esos que no tienen tantos remilgos como los demás para escoger sus lugares de esparcimiento; amén de los centros comerciales imitación sin lustre de los supermercados suburbiales y de todos esos paseos que no vienen de ningún sitio y no van a ninguna parte, pero que tampoco exhiben a ningún paseante; y esas autopistas que destripan las grandes ciudades...
Esto no es reordenar las ciudades. Esto es, simplemente, saquearlas.
Si escarbamos un poco por debajo de lo superficial, estas realizaciones nos parecerán aún más pobres que sus ya bien míseras motivaciones. Todos estos centros y barriadas rara vez son de alguna ayuda o alivio para las zonas urbanas a cuyo alrededor proliferan, aunque en teoría éste es su cometido. Lo que hacen es desarrollar una gangrena galopante muy característica. Para albergar a la gente de esta suerte, se aplican a la población una serie de tarifas discriminatorias o una etiqueta con su precio correspondiente; cada paquete segregado de populacho etiquetado y tarifado vive en creciente sospecha y rencor contra los paquetes circundantes. Cuando dos o más de esas islas hostiles se yuxtaponen, oímos decir que el resultado es una "vecindad equilibrada".
Los centros comerciales monopolistas y esos otros centros culturales monumentales ocultan, bajo el artificio de las relaciones públicas, una verdadera substracción de substancia comercial y cultural que antes constituía lo más familiar y normal en la vida de las ciudades.”
TEXTO 6
CIUDADES MUERTAS. ECOLOGÍA, CATÁSTROFE Y REVUELTA “
Mike Davis
“Las Vegas contra la Naturaleza
FUE ANUNCIADA COMO LA MAYOR explosión no nuclear en la historia de Nevada. El 27 de octubre de 1993, Steve Wynn, el «dios oficial de la hospitalidad» del estado, emitió su característica sonrisa y apretó el detonador.
Mientras aclamaban 200.000 nativos de Las Vegas, el Hotel Dunes, el alguna vez buque insignia del Strip, se desmoronaba lentamente sobre el suelo del desierto. El gigantesco penacho de polvo era visible desde la frontera californiana.
A nadie en Nevada le pareció extraño, ni lo más mínimo, que el regalo de Wynn a la ciudad que tanto adoraba, se tratara de hacer volar por los aires una importante pieza del pasado. Ésta fue una simple renovación urbana al estilo Vegas: una costosa fachada destruida para dar lugar a otra. De hecho, la destrucción del Dunes sólo incentivó a otros dueños de los casinos corporativos a volar sus propiedades obsoletas con la misma fanfarria: el Sands, con fama de banda de canallas, se vino abajo en noviembre de 1996, mientras el Hacienda fue dinamitado al dar la medianoche, en víspera del año nuevo. En Las Vegas, las extravagantes demoliciones se han convertido en festivales cívicos.
En lugar del viejo Dunes, los contratistas del Mirage Resorts de Wynn están terminando el Bellagio de 1.250 millones de dólares, un super-resort con lagos tan grandes como para esquiar con jet skys, creados con el agua que provenía del originario campo de golf del Dunes. La compra del Dunes por Wynn solucionó su problema de agua, pero no el de los otros diseñadores de resorts. El empresario Sheldon Adelson, que está construyendo el Venetian Casino Resort de 2.000 millones de dólares y 6.000 habitaciones en el lugar del Sands, con góndolas flotando sobre canales artificiales, no ha explicado de dónde va a provenir el agua necesaria; ni tampoco lo ha hecho el Circus Circus Enterprises, que está transformando el viejo Hacienda en Project Paradise, «una antigua ciudad prohibida sobre una exuberante isla tropical con olas al estilo hawaiano y una exhibición de tiburones».”
TEXTO 7
CIUDADES MUERTAS. ECOLOGÍA, CATÁSTROFE Y REVUELTA “
Mike Davis
Mundos alejados
Los Ángeles fue la primera metrópolis en el mundo construida decisivamente en la época del mayor crecimiento del automóvil. El resultado fue la descentralización del consumo y la cultura y la atrofia constante del centro de la ciudad. Recientemente, un grupo de teóricos de la Universidad de California en Irvine, ha sugerido que, en el condado de Orange, y en otras edge cities, estamos asistiendo al nacimiento de una «metrópolis postperiferia rica» donde las funciones tradicionales del lugar central (cultura y deportes, gobierno, compras en centros comerciales y administración corporativa) están radicalmente dispersas entre diferentes centros urbanos.
Si esto es realmente o no una tendencia general, Las Vegas contemporánea sintetiza de manera extrema lo que ocurre en el condado de Orange. La industria del juego ha desplazado otras actividades cívicas del centro a la periferia, con la excepción parcial del gobierno y las leyes. El turismo y los pobres ocupan ahora el centro geográfico de la metrópolis. Las otras características tradicionales del centro, como las zonas comerciales, los centros culturales y las oficinas centrales de las empresas, están esparcidos caóticamente a través del valle de Las Vegas con la aparente lógica de un avión que se ha desplomado.
Mientras tanto, sus crecientes periferias ricas rechazan la integración social y física con el resto de la ciudad. Para utilizar el concepto de la película futurista Blade Runner, son «mundos alejados» y autocontenidos, que valoran ante todo su seguridad y exclusividad social. El historiador de la planificación, William Fulton, ha descrito recientemente la periferia de Las Vegas como una versión de «volver al futuro» del sur de California de los años cincuenta: «No es ninguna sorpresa que a los constructores de viviendas de Los Ángeles les encante Las Vegas. No solamente pueden aprovechar un mercado con el estilo de Los Ángeles, con productos con el estilo de Los Ángeles, también pueden hacer las cosas a la manera que solían hacerlas en los buenos tiempos de L.A.». Como puntualiza Fulton, mientras los constructores de viviendas del sur de California deben pagar ahora parte de los costes de las nuevas escuelas y de los sistemas de aguas, los diseñadores de Las Vegas «no pagan ninguna retribución para las nuevas infraestructuras».”

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